❤ Mi diario: Rechazo, renacer después de él
Es duro sentirte rechazado, sobre todo cuando amas con fuerza, con una fuerza tal que podrías mover montañas, lo darías todo, todo por conseguir que te den lo mismo, todo por lo que un día fue…
No pierdes la esperanza, te amarras a ello, porque crees que llegará, porque esperas que llegue, que vuelva a ser lo que solía ser, porque quieres más de esa droga que inundaba tu ser, que te hacía ser la persona más feliz, más afortunada del mundo. Llenaba tu pecho, ensanchaba tu sonrisa y mariposeaba en tu estómago. Puro fuego al que no quieres renunciar, una vez has probado su sabor, te ha vuelto adicto. Y lo deseas con tanta fuerza y lo esperas con tanta fe que lo perdonas todo, que lo justificas todo, te haces sordo y ciego seleccionas y desechas y sigues esperando lo que solía a ser, lo que te gustaría que fuese, esperanza otra vez…
No pierdes la esperanza, te amarras a ello, porque crees que llegará, porque esperas que llegue, que vuelva a ser lo que solía ser, porque quieres más de esa droga que inundaba tu ser, que te hacía ser la persona más feliz, más afortunada del mundo. Llenaba tu pecho, ensanchaba tu sonrisa y mariposeaba en tu estómago. Puro fuego al que no quieres renunciar, una vez has probado su sabor, te ha vuelto adicto. Y lo deseas con tanta fuerza y lo esperas con tanta fe que lo perdonas todo, que lo justificas todo, te haces sordo y ciego seleccionas y desechas y sigues esperando lo que solía a ser, lo que te gustaría que fuese, esperanza otra vez…
Pero el tiempo pasa y en vez de
mejorar, empeora y tú te vas haciendo más y más pequeño. Vas perdiendo tu
fuerza, tu fuego, tu esencia, tu autoestima. Y de repente estas en un agujero
negro y profundo, frío y solitario en el sigues soñando en lo que solía ser, en
cómo te hacía sentir en lo que quieres volver a ser. Y derramas lágrimas día
tras día y dejas que te torture, que te deje de respetar, que te mire con odio,
con asco… tú sigues soñando y pruebas las recetas que solían funcionar, formulas
muertas como tú te sientes cada maldito día ¿desde cuándo? ya no puedes
recordar.
Nadie lo entiende, ni se lo
explica, porque hay que haber sido prisionero para saber lo que es, para entender
cómo es posible, como te sientes, porque te has mantenido ahí por tanto tiempo
y cómo es posible que no hayas salido a la luz.
Te convierte en culpable, culpable por consentir una y otra y otra vez y
te hará odiarte y odiarlo por haber consentido y permitido y aceptado y
justificado y perdonado otra vez más.
Hasta que algo pasa, algo conecta
y abres los ojos. Ojos que tú y solo tú puedes abrir. Nadie lo puede hacer por
ti simplemente sucede. Da igual los consejos, las miradas, los juicios de los
demás, no lo entienden, no saben ¿ para que hablar si solo emiten juicios? y me
aleccionan y me echan la bronca y la culpa y me veo de abogado justificando y
defendiendo. Que pereza, que duro, mejor callar mejor no compartirlo, no hablar,
mejor esconderme del mundo cruel que no me entiende. Solo tú puedes abrirlos porque solo tú decides
mantenerte en ese agujero y descubrirlo es un proceso, un camino que hay que
recorrer.
Cuesta ver, más que saber, que el
amor es incondicional, que se acepta con todas las consecuencias, con todas las
virtudes y defectos. Que es o no es, simple
y llanamente. Que es muy diferente el amor de la obsesión y que de lo que te enamoraste, fue de la versión que fuiste fugazmente, esa mejor
versión que quizás no habías descubierto todavía o habías olvidado que podías
ser. Y que no depende de nadie más que
de ti mismo volver a serlo. Que tú tienes ese poder pero no lo sabías, que tú
eres grande, fuerte, bella, sabia y feliz que tu esencia es pura y no le hace
falta nada más que simplemente ser para volver a sonreír. Que la felicidad solo depende de nosotros
mismos y que atraes lo que proyectas. Sonríe y se tú mismo y eso será lo que
atraigas y encuentres en tu camino.
De toda experiencia se aprende, no
hay nada como estar enjaulado para saber lo que significa de verdad volar. Y
créeme que por largo que sea el encierro, siempre podremos volver a volar, porque
para ello fuimos diseñados.
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