❤ Mi diario: Tu Don, tu talento de serie

Dicen que todos nacemos con un don, un talento natural para poder poner al servicio de los demás.  Para ofrecerlo al mundo, desarrollarlo y crecer. Que cuando descubres tu don y lo pones en práctica, das lo mejor de ti mismo, te sientes libre, feliz, pleno. La mayoría de la gente a la que le preguntas por él no te sabe decir cuál es.  Quizá es lo que deberían enseñarnos a descubrir en la escuela…
Dicen que el mundo es un gran todo en el cada especie tiene su función, su papel. Como cada célula de nuestro cuerpo. Si encuentras el tuyo harás lo que has venido a hacer por lo que todas las piezas encajaran perfectamente y fluyes con tu esencia.
Siempre he pensado que la gente que se dedica a lo que ama es privilegiada sin embargo parece ser que esto debería ser lo normal.  ¿Os imagináis cuánto cambiaría la conciencia colectiva, la calidad de vida y el humor de las personas si así fuese? Muchas veces he observado cómo caminamos por la vida grises, sin vida, sin alegría, enfadados todo el rato, como si fuésemos zombis, con amargura y hartazgo esperando las vacaciones, el viernes, la jubilación perdiéndonos la magia del camino, consumiendo nuestra vida sin vivirla.
En muchas ocasiones lo que tú no eres capaz de responder sobre ti mismo lo pueden hacer los demás por ti.  Esa gente que te quiere y te conoce,  ve las cosas buenas y brillantes de tu ser que en muchas ocasiones son opacas a tus ojos.  Puede que tú no puedas responder a la pregunta: en qué soy bueno, que se me da bien, que amo, cuáles son mis fortalezas,  como disfruto y  dicen que cuando sepas la respuesta sabrás que has venido a hacer, cuál es tu misión a lo que te gustaría dedicarte. Pero ¿cómo poder descubrir mi pasión si no me conozco realmente?
Tenemos una percepción de nosotros mismos muy limitada y distorsionada lo que dificulta el descubrimiento. El talento es un potencial para llegar a ser, una destreza que por supuesto se ha de cultivar para potenciar, se necesita práctica y entrenamiento.
En mi generación estaba lo importante y lo no tanto. Las asignaturas más importantes eran las matemáticas, la física… justamente las que peor se me daban, sin embargo las asignaturas más  artísticas no tenían el mismo valor por lo que elegir ese camino no era una opción.  Eso ha cambiado del siglo XX al XXI.  Creo que la consciencia colectiva ha empezado a cambiar significativamente. Ahora sé que el mejor consejo que podemos dar a nuestros hijos es que se dediquen a lo que aman,  que cultiven su pasión, porque solo eso les hará felices.
Ya no nos sirve el antiguo paradigma del siglo pasado por mucho que nos empeñemos, el  dedícate a esto o lo otro que tiene salida y olvídate de lo que tu sientes y quieres hacer. Se infeliz para el resto de tu vida que luego ya tendrás tiempo de disfrutar cuando te jubiles si es que tienes suerte en llegar. Y deja ir los mejores años de tu vida en un empleo que detestas  y te ha convertido en un ogro amargado quejicoso y gritón. En un zombi que deambula cada mañana hacía su tortura diaria, que se siente infeliz y no sabe a quién hacerle responsable de su suerte. Mata los sueños y la creatividad de ese niño increíble que un día fuiste porque tienes infinitas vidas para malgastar y te lo puedes permitir.
Lo que necesitamos es descubrir aquello que realmente nos hace vibrar y que haríamos aunque no nos pagaran. Pero hay algo fundamental  que responder ¿cómo puedo vivir dedicándome a lo que amo?
Internet ha abierto un mundo a nuestros pies donde las personas quieren diferenciarse, nacen las tribus. Ya no vale un solo producto o servicio igual y único para todos, quiero el que se adapta a mí a mi estilo de vida, a mis principios y eso ha abierto un mundo nuevo donde los nichos de mercado son de lo más variopinto, abriéndonos un mundo a explorar y por lo tanto encontrando cabida en nuestros proyectos soñados.
Nuevas necesidades que implican nuevas ideas que nos abren un mundo inesperado donde poder encontrar una comunidad interesada en lo que tenemos que aportar en lo que tenemos que ofrecerles.