❤ Mi diario: Sacrificio, ¿acto egoísta?
Siempre he estado
segura que daría mi vida por ellos, cambiaría mi vida por la de mis seres
queridos sin pensarlo. Saltaría al vacío con tal de poder salvarlos, asumiría
su dolor para evitar que ellos lo sufrieran. Siempre ha sido para mí más
doloroso ver el dolor ajeno en aquellos que amo que padecerlo yo misma.
A veces pienso ¿y no
será en cierta parte egoísta? ¿Es esto por la educación religiosa que nos han
inculcado desde niños? Somos egoístas y malos por
naturaleza, vivimos en una culpa continua que hemos de redimir con
esfuerzo, dolor y sacrificio. Es curioso hasta donde pueden calar las creencias
que impregnan nuestra vida desde la más tierna infancia. Esa
sensación del deber independientemente de lo que tú sientas o quieras. Esa
asociación del disfrute con la culpa…
Nos han enseñado que
si no hay esfuerzo y sacrificio no es bueno o merecido. Que el camino fácil no
es el correcto, que sin dolor no puede haber recompensa. Que el
deber está por encima de todo incluso de uno mismo. Da igual lo que quieras o
desees, has de hacer lo que debes. Creo sinceramente que esto nos
condena si no logramos rebatirlo y cuestionarlo interiormente dando paso al
dolor, a la queja y al resentimiento, en
definitiva convirtiéndonos en víctimas.
Hago lo que hago ¿porque quiero o porque debo? ¿Por mi o por el que dirán o pensarán? Hagamos lo hagamos que sea por nosotros, porque deseamos hacerlo, porque elegimos estar ahí y jamás tendremos que responsabilizar a los demás de nuestro esfuerzo y sacrificio. Si lo haces por amor no podrás recriminarlo porque has hecho lo que sentías y deseabas. Estar donde quieres estar. Esto te convierte en el protagonista de tu vida, te hace tomar las riendas y decidir por ti mismo desde el corazón. Vivimos desconectados de nuestra verdadera esencia, sentimos que debemos esforzarnos para ser aceptados por los demás, por Dios, por nosotros mismos. Creemos que estamos siempre carentes de dignidad, de afectos, de cosas materiales, siempre nos falta algo, siempre deseando algo más.
Somos incapaces de observarnos perfectos, tal y como somos, y en muchas veces carecemos de la capacidad de amarnos y aceptarnos incondicionalmente como debería suceder por defecto. Somos nuestra más fiero enemigo y cruel verdugo, nadie será capaz jamás de hacernos más daño que nosotros mismos. Nos castigamos por lo que hicimos y nos torturamos por el que será, con la culpa en el pasado y con las suposiciones en el futuro y dejamos de vivir lo realmente importante, el presente, el ahora. Necesitamos aprender que lo importante no es la meta o el destino sino el disfrute del viaje que nos lleva a él.
La vida pasa y lo hace deprisa en apenas un suspiro. No dejes que se vaya sin participar activamente de ella, sin ser el verdadero protagonista. Toma las riendas de tu vida para que nadie más lo haga por ti.❤
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