Los siete principios o leyes del universo según Kybalión

Mi consejo mi experiencia La Chica de al Lado
El Kybalión es uno de esos libros que a medida que te pierdes entre sus páginas vas entendiendo cada vez más acerca del todo y de ti mismo. Comienzas a darte cuenta de que muchas cosas que antes creías totalmente ciertas, que las tenías como un nexo infalible de realidad resultan no ser tan infalibles y reales ahora.

Este libro pertenece a las tres escrituras sagradas, acompañando así a “Tabla de Esmeralda” y “Corpus Hermeticum”. Se sabe que fue escrito por tres individuos en anonimato.

El documento en sí mismo, dice provenir directamente de las enseñanzas de Hermes Trimegisto, quien realmente es el padre de la filosofía hermética al cual asocian con el Dios egipcio de la sabiduría, Toth.

En el Kybalión se expresan los 7 principios del universo, los cuales van muy por encima de cualquier ley física.


1.       Mentalismo. El Todo es mente; el universo es mental. El Todo es el conjunto totalizador. Nada hay fuera del Todo.

Este principio expresa que el universo proviene de la mente del todo, siendo el todo el creador del universo. Cuando se habla del todo, nos referimos a que todo lo que está a nuestro alrededor, cada cosa que podemos y no podemos ver, existe gracias a la imaginación del todo, que es indefinible y puede ser considerado como una mente universal, infinita y viviente. Esto quiere decir que somos reales dentro del universo, pero somos manifestaciones de su mente. También puede entenderse con que el universo que observamos no puede escapar de nuestra propia mente y que todo lo observable y lo vivido es en sí mente. Este principio está basado en el concepto del Brahman, la divinidad impersonal en el hinduismo. 

También considerado Dios como la conciencia universal o la conciencia infinita. Es importante tener muy en cuenta este principio, ya que de esta forma podamos tomar consciencia de ella y aplicarla para nuestro bienestar y desarrollo diario.

“Todo es mente pues el universo es mental”. Con esto entendemos que todo a nuestro alrededor, fue, es y seguirá siendo siempre y cuando sea la voluntad de la mente.

Por ello vemos en todos lados los típicos anuncios o frases que dicen cosas como “Si quieres puedes”, “La fe mueve montañas”, entre otros.

Si los vemos en todas partes, es probable que pensemos que quizá esto tiene algo real detrás. La realidad es que detrás de todas estas frases relativamente motivacionales existe el principio básico universal del mentalismo.

Si creemos que sucede, sucederá, pero sólo si realmente lo creemos no sólo con nuestra consciencia, sino también con nuestra subconsciencia.

 

2.       Correspondencia. Como es arriba, es abajo; como es adentro, es afuera. Afirma que este principio se manifiesta en los tres Grandes Planos: el Físico, el Mental y el Espiritual.

Este principio plantea la idea de que siempre hay una correspondencia entre las leyes de los fenómenos de los diferentes planos del ser y la vida. Establece que hay armonía entre el plano físico, el plano mental y el plano espiritual, significa que todos los planos de existencia están conectados y en correspondencia. 

El macrocosmos se encuentra en el microcosmos y viceversa: los sistemas solares, las sociedades y la vida en la Tierra reflejan lo mismo. Es decir, hagamos lo que hagamos en el nivel micro, lo haremos en el nivel macro. Incluso los hábitos más pequeños influyen en nuestro comportamiento, al hacer cualquier cosa, también haremos todo. Si descuidamos un área de nuestra vida, lo más probable es que el resto de las áreas también se vean afectadas. Este principio sería equivalente al concepto del yin y yang en el taoísmo. 

Decía Hermes Trimegisto y Platón que el mundo terrenal o físico es un reflejo del mundo espiritual. El hombre es capaz de crear, al igual que fue creado. Sólo que debido a su actuar casi todo lo que crea adultera la realidad divina del mundo. A esto refieren los gnósticos con los llamados “pecados”. Estos “pecados” no son más que acciones o emociones que sentimos los seres humanos que no existen en el mundo espiritual.

Si simplificamos las cosas, nos daremos cuenta de que el miedo, las preocupaciones, los celos, la envidia, son emociones que no ocurren en el mundo espiritual por consiguiente son consideradas impuras o “pecados”. 

Algo muy triste y preocupante es darse cuenta de que hoy día, los seres humanos actúan en base al miedo. Se levantan diariamente no para disfrutar su existencia, sino para pagar deudas con el temor de que se les arrebate algo material que para ellos es de mucho valor. Sienten envidia temiendo a que esa otra persona sea mejor que él, sienten celos en temor a no ser queridos o rechazados, entre muchos otros ejemplos.

 

3.       Vibración. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.

Este principio afirma que todo está en movimiento, que nada permanece inmóvil. Explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente y aun del mismo espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios. 

Desde el todo, que es puro espíritu, hasta la más pequeña forma de materia, todo está en vibración: entre más alta, más elevada es su posición en la escala. La vibración del espíritu es de una intensidad infinita; tanto, que prácticamente puede considerarse como si estuviera en reposo, de igual manera que una rueda que gira rapidísimamente parece que está sin movimiento. Y en el otro extremo de la escala hay formas de materia densísima, cuya vibración es tan débil que parece también estar en reposo.

Este principio sería equivalente al concepto del flujo del qì (en el taoísmo) o el prana (en el hinduismo).

Este principio es uno de los más interesantes. Las personas viven diariamente en un apego hacia todo lo que les rodea, y cuando algo cambia, caen en confusión e incluso en crisis.

Cuando se habla de que “todo vibra” se refiere a que el mundo y el universo en general existe en un constante cambio físico y vibratorio. Podemos ejemplificar todo esto en una relación de pareja. A medida que el tiempo pasa, es coherente pensar que ambas personas en dicha relación viven y presencian momentos que hacen evolucionar su manera de pensar e incluso su cuerpo, lo que en consecuencia causa que esas personas cambien también. Una actitud bastante propia del ser humano es el no entender por qué sucede esto, lamentarse e incluso molestarse por estos cambios.

Vivimos en una sociedad en la que el cambio genera ansiedad e inseguridad, cuando ya desde un principio deberíamos entender que nada dura para siempre, que puede suceder que tu pareja o tu trabajo te duren hasta tu muerte, pero justo en ese período se acaba, concluyendo así los mismos.

Nikola Tesla lo dijo en ese entonces “Si quieres entender el universo piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”. Con esta frase puedes entender que una de las mentes más grandes que ha tenido la humanidad intentó darle un mensaje de introducción a todas aquellas mentes en busca de saciar su necesidad de conocimiento. Curiosamente muchos han dicho que casi todas las grandes mentes de la antigüedad y de la actualidad conocen estos principios, bien sea con sus nombres propios o de una forma intrínseca. 

El principio de vibración también es tocado por la ley de atracción, refiriéndose a él cuando dicen que el pensar de manera positiva atrae cosas y circunstancias positivas. También funciona de manera inversa; pensar de manera negativa atrae circunstancias negativas. Dentro de su lógica indica que, esto ocurre debido a leyes físicas básicas reales y comprobables. Cada vez son más las personas que prueban estos principios y entienden que es real.

 

4.       Polaridad. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.

Este principio incorpora la verdad de que todas las cosas manifiestas tienen «dos lados», «dos aspectos», «dos polos», «un par de opuestos», iguales en naturaleza, pero con múltiples grados entre los dos extremos, distintos en polaridad, idéntico en naturaleza, ambos se atraen y se armonizan en el equilibrio del cosmos.

La polaridad mantiene el ritmo de la vida. Conocemos la existencia de algo por el contraste de su opuesto. Al igual que el calor y el frío, la luz y la oscuridad, el amor y el odio, lo bueno y lo malo, cada cosa posee una naturaleza doble que se diferencia dependiendo de su grado y no puede existir sin su grado antagónico.

Los opuestos se presentan siempre en el mismo elemento. El principio de polaridad funciona a lo largo de una escala vibratoria de grados que va de lo positivo a lo negativo, siendo lo positivo de naturaleza superior a lo negativo.

Este principio sería equivalente al concepto del yin y yang (en el taoísmo).

Los seres humanos vivimos sumergidos en un pensamiento lineal del pasado, presente y futuro, pensando que todo lo que tenemos dura para siempre, estemos bien o no.

Utilizando el principio de vibración junto con el principio de polaridad podemos entender que una situación que estemos viviendo en pobreza, podemos cambiarla a riqueza. Una situación de odio, es intercambiable por una de amor y viceversa.

Vivimos con el miedo de perder lo que tenemos y no entendemos a profundidad que, así como ascendimos, podemos descender de la misma forma y en la misma velocidad.Con estas herramientas podemos estar seguros de que cualquier situación tiene en su naturaleza el poder de cambiar a conveniencia propia.

 

5.       Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.

Este principio va unido al principio de polaridad. Siempre que haya una acción habrá una reacción, un avance y un retroceso, una ascensión y un descenso. Y esta ley rige para todo; soles, mundos, animales, mente, energía, materia. 

Se manifiesta en la creación como en la destrucción de los mundos, en el progreso como en la decadencia de las naciones, en la vida y, finalmente, en los estados mentales del hombre. Nos indica que no importa que tan mal esté tu vida, puede mejorar. Todo fluye y refluye. No siempre podemos ganar ni perder, porque debe existir un balance, pues no todo perdura, al contrario, todo cambia, todo vibra, fluye y refluye. Este principio sería equivalente al concepto del flujo del qì (en el taoísmo) o el prana (en el hinduismo).

El principio nos enseña que perdamos o ganemos, lo importante es jugar. Es entender que nos vaya mal o bien, debemos disfrutar del proceso, de la experiencia y aprender lo más posible de ello.

 

6.       Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley.

Este principio afirma que todo efecto tiene su causa, y toda causa su efecto. Nada ocurre casualmente. La suerte es una palabra vana. Este principio encierra la verdad de que la casualidad es sólo un término que indica la existencia de una causa no reconocida o percibida; que el fenómeno es continuo, sin soluciones de continuidad. L

a causa y el efecto residen meramente en los sucesos. Un suceso o acontecimiento es lo que viene, llega u ocurre como consecuencia o resultado de un acontecimiento o evento anterior. Ningún acontecimiento crea otro, sino que no es nada más que el eslabón precedente en la gran cadena coordenada de sucesos que fluyen de la energía creadora del TODO. Este principio sería equivalente al concepto del flujo del qì (en el taoísmo) o el prana (en el hinduismo). Este principio sería equivalente al concepto del karma (en el hinduismo y el budismo) o el concepto de pratītya-samutpāda (del budismo). 

Cada minúscula cosa que hacemos diariamente repercute en nuestro futuro inmediato, en incluso en nuestro futuro lejano.  Cuando tenemos una causa y un efecto, el efecto puede también convertirse en una causa para un próximo efecto, lo que nos genera un efecto dominó.  

Es importante entender cómo funciona este principio para utilizarlo de la mejor forma en nuestra vida. Ya hemos dicho con anterioridad que el hacer buenas acciones, por principios de vibración atraerá buenas acciones y circunstancias para nosotros. Si logramos fusionar ese principio con el principio de Causa y Efecto, nos encontramos con una poderosísima herramienta de efecto dominó positiva, lo que desencadenará una serie de acontecimientos positivos para nuestra vida que a su vez atraerá más acontecimientos y circunstancias positivas.

 

7.       Género / Generación. El género existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los planos. En el plano físico es la sexualidad.

El principio de género es totalmente en su sentido hermético, y el sexo es la acepción terrenal aceptada del término, aunque no son lo mismo. El principio establece que no todos los seres son iguales, se distinguen en su género, y los géneros se buscan para continuar existiendo. Que se requiere de los diversos géneros para mantener la vida, y que los géneros se reflejan unos en otros y son iguales en correspondencia. 

La palabra española «género» deriva de la raíz latina que significa ‘concebir, procrear, generar, crear, producir’. Un momento de consideración sobre el asunto demostrará que esa palabra tiene un significado mucho más amplio y general que el término sexo, pues este se refiere a las distinciones físicas entre los seres machos y hembras. Este principio sería equivalente a unos de los conceptos presentes dentro del yin y yang (en el taoísmo), o las doctrinas hinduistas de shakti y prakriti (lo femenino) y el púrusha (lo masculino).

Es necesario que esta distinción entre la naturaleza masculina y femenina se imprima en la mente, porque ciertos escritores que han adquirido algunas nociones de doctrina hermética han tratado de identificar este séptimo principio con erróneas y a veces reprensibles teorías y enseñanzas concernientes al sexo.

Este principio se resume en “La creación”, sumándose a que esta no puede existir sin un género femenino y uno masculino. Más allá de eso, la creación en esencia proviene de lo más profundo de nuestro ser, es lo más puro y real que posee el ser humano.

Muchos de nosotros sentimos como al crear algo nos sentimos inmensamente bien, ya sea música, pintura, dibujo, arquitectura, cocina, entre otros. En casi cualquier ámbito el ser humano se completa a sí mismo creando algo proveniente de lo más profundo de su ser.

El principio de generación nos enseña que, tomando en cuenta los antes mencionados principios, somos capaces de crear nuestra realidad si así lo deseamos. Si estamos donde estamos y no nos gusta, estamos allí porque así lo queremos y porque no queremos cambiarlo. 

Es importante entender que la fé aquí es un factor extremadamente importante. Confiar y saber que pase lo que pase, estés donde estés, las cosas siempre serán como deben ser. Al entender esto puedes comprender que en cualquier circunstancia de tu vida en la que te encuentres estás donde debes estar para continuar.

Para crear, es necesario dejar de lado todas esas enseñanzas que no hemos aprendido por nuestra cuenta. Todo eso que se nos ha inculcado de muy niños que de vez en cuando sentimos que va en contra de lo que realmente somos, debemos dejarlo de lado y avanzar por el camino individual. Entender que el camino espiritual, más que increíble, es un camino individual extremadamente personal el cual debemos recorrer solos, sin influencias de nada ni de nadie. 

Con esto, podemos concluir que cada uno de estos principios son entendibles por sí solos y nos aportan un gran mensaje que es nuestro deber, si es que queremos entender y estar tranquilos, descifrarlos a profundidad.

Cada uno de estos siete principios por sí mismos poseen un poder de entendimiento infinito sobre todas las cosas, pero al entenderlos y aplicarlos juntos, las posibilidades de ser felices, vivir una vida plena y llena de amor, se convierte en algo inevitable.

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